Para ser más franca,
nadie piensa en ti,
como lo hago yo...
Aunque te de lo mismo-
Y te vas y me voy y ¿Qué hacemos? Son muchos días y otra vez un vacío en el pecho, lleno de humo, lleno de vos y de vos. Me tiemblan las manos al recordar esas cuatro manos que alguna vez estuvieron con las mias. Sin embargo cuando pienso en vos no pienso en vos y pienso en él, o sino en él y no en vos, es inevitable. Bastan segundos para que todo quede de cabeza y me sacudas hasta que caigan hasta las últimas monedas que tengo en el bolsillo mientras él las junta y se queda con el vuelto. No se conocen quizás, pero conmigo están siempre juntos, son un alma sola, tan sólo mi corazón. Extranándote tanto. ¿ Qué hago ahora contigo?
Tal vez sea extraño, es extraño, pero él es tan sereno, tiene tanta paz, tanta seguridad. La inteligencia es algo que lo describe, la dulzura y la ira mezcladas en cantidades perfectas, pero esa inteligencia quizás es mi contrincante, piensa demasiado y entiende que es lo correcto y que no, y en lo que no lo es, entro yo y pierdo y retrocedo hasta el inicio en el juego.
Pero él es rápido, es fugáz, es cómico, es atrevido, y es extremadamente cariñoso, es directo lo justo y necesario y casi nunca tiene miedo. Piensa después de actuar, y eso beneficia mi juego, hasta cierto punto porque la puntada ya está dada.
Ambas puntadas ya fueron dadas y sin hilo y sin nudo y sin nada, porque ya nada queda.
Por favor no te vayas, mañana no, por favor no envejezcas pasado mañana no.
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